Información para el Conocimiento: Más allá de la informática y las bibliotecas. Una experiencia personal (1997)
Por Francisco Martínez Alas
1. Los libros de información hablaban de periodismo o de psicología de la percepción.
Alla por los comienzos de la década de los noventa, cuando yo comencé mi investigación sobre los centros de información, para construir una teoría de los mismos que los llevara hacia ser promotores y generadores del cambio organizacional, y hacia su operación y funcionamiento como pequeñas empresas dentro de las organizaciones de las que forman parte, me encontré con que entonces la escasa bibliografía en español sobre la información como tema, se refería a temas como estos: el periodismo y los medios de comunicación, las computadoras y la informática, o la psicología de la percepción. Eso no me ayudaba mucho. En esa época yo aún no tenía acceso a Internet o algo parecido. Sin embargo, valiéndome de catalogos impresos de editoriales en inglés, comencé a buscar bibliografía sobre la INFORMACION COMO CONTENIDO, Y SU USO Y PROVECHO COMO OBJETO DE ESTUDIO. Encontré algunos títulos valiosos, y partí de allí para conformar mi propia teoría y método.
2. Qué es la información: su ciclo para el documentalista.
Algunos años más tarde, descubrí que para llegar al punto de encuentro entre la información (un libro, un documento, una noticia, un dato, etc.) y el usuario, existía todo un ciclo que se podría resumir en esta secuencia de palabras: Mundo real, datos, fuentes, información, conocimiento, pensamiento, decisiones, actos. Como yo me considero un documentalista de ocupación, suelo ejemplificar este ciclo de la siguiente manera:
En el mundo real hay libros, yo se de su existencia. También es posible que sepa que existen libros que tratan de los recursos humanos, por ejemplo: eso es sólo un dato. Si yo me tomo algún trabajo e indago sobre algunos títulos en particular sobre ese tema, lo que tengo o existe la posibilidad de que obtenga son: fuentes de información. Si de alguna manera yo adquiero, temporal o permanentemente, esa fuente de información específica, yo estoy adquiriendo información. Cuando, más tarde, leo íntegra o parcialmente ese libro, entonces habré adquirido conocimientos, los que estaban incluidos en el libro. Pero esa adquisición de conocimiento no ha sido un mero acto mecánico de reconocimiento de caracteres y textos; no, yo he sometido a la comprensión, la interpretación, y la emoción aquello que he leído. Luego, si por el camino del aprendizaje y de la reflexión yo pienso sobre aquello que leí, y lo comparo con otros conocimientos, lecturas o situaciones reales, me encuentro ya en otra etapa del ciclo de la información que estoy describiendo. Si, por alguna razón, yo deseo aplicar los conocimientos y la información adquirida, tomo algunas decisiones, reflexiono sobre ellas y sus consecuencias; y -por último- actúo, habré completado otra etapa más del proceso. Ahí está una disección, un tanto simplificada para efectos didácticos, del ciclo de la información tal como lo ve un documentalista experimentado cuyo objetivo es ir más alla de las bibliotecas.
3. Por qué deje de ser bibliotecario.
Aprecio mucho y respeto a los bibliotecarios, yo lo fui alguna vez. Pero en mi búsqueda del conocimiento para la acción, me percaté que como bibliotecario me limitaría a jugar alguno de estos papeles: procesar, catalogar, clasificar e indizar documentos; promover y satisfacer necesidades de información mediante servicios de acceso; administrar unidades de información en donde las tareas están enfocadas hacia los documentos en si o hacia el servicio, según sea el caso. Las bibliotecas, nuestras bibliotecas mejor dicho, son utilizadas principalmente por escolares (colegiales y universitarios), por algunos empleados; y casi nunca por empresarios e investigadores profesionales, por muchas y diversas razones. Yo comprendí que la administración de información iba más alla de ser un apoyo en la prolongación de la universidad o el aula.
4. La búsqueda de conocimiento: la información se procesa y almacena para encontrarla y usarla.
Más que la administración de documentos y fuentes de información en soportes de papel o medios electrónicos, consideré que había un mundo sin fronteras en la administración de información y de conocimiento. Para otra clase usuarios, y para otra clase de fines.
Pienso que la investigación y la documentación van de la mano. Por ello se reconocen basicamente dos tipos de investigación: la bibliográfica (apoyada en documentos en papel o soportes electrónicos o magnéticos) y la de campo (cuyos resultados y recopilación de datos se plasman luego en algún tipo de soporte o documento). Por ello mismo, creo que los centros de información deben orientarse no solamente a procesar el legado de documentos preexistentes (previo a una etapa de re-organización o de desarrollo), sino más bien a ofrecer una serie de servicios y productos informativos, que faciliten encontrar la información, garanticen registrar la información volatil del acontecer actual o cotidiano, y resuelvan otras necesidades específicas de información de los usuarios.
Una herramienta para ello serán las diferentes actividades de documentación que conlleven algún componente o destino de apoyo hacia la investigación. De acuerdo a mis teorías sobre la administración de información es posible clasificar los tipos de investigación en los siguientes: localización de documentos o de referencias a los mismos; investigaciones de campo; de recolección de datos; periodística; teórica; y científica.
Además, las características de los servicios de información son: modo, cantidad, calidad, destino, usuario, lugar, tiempo, tipo. Esto es como si nos hicieramos, o les hiciéramos estas preguntas a los usuarios de nuestros sistemas de información documentales: ¿Cómo la quiere? ¿Cuánta necesita? ¿Qué tan confiable y certera? ¿Para qué la requiere? ¿Para quién? ¿En dónde la desea? ¿Para cuando? ¿De qué clase? Y al hacerlas, estuviésemos en posibilidad y oportunidad de responderlas y satisfacerlas al gusto y necesidad del cliente.
Con el fin de cubrir todos los frentes, y conscientes de las limitaciones de algunos sistemas de manejo de datos, documentos, e información que se han usado antes, yo propongo actuar simultánea, retrospectiva o alternativamente, en el procesamiento documental de lo que ya existe almacenado, hacer un plan ordenado de adquisición información, tener un mecanismo para derivar y procesar todo lo nuevo que llega sin aviso, recoger y recopilar datos relevantes para nuestra zona de acción y competencia, y estar bien dispuestos y preparados para atender las solicitudes cotidianas o urgentes.
5. Por qué sistemas policéntricos de información y ya no más bibliotecas.
Alguien pensará que en tanto que documentalista, yo sigo hablando de documentos en papel. Yo utilizo la palabra documento, más bien como un concepto ampliado, del documento como un objeto, el cual puede ser una fuente de información, con un autor o una entidad responsable del mismo; o bien puede ser un evento, un método, o un soporte, en el cuál se registran datos o información; los cuales son a su vez registrados en algún soporte. Convirtiéndose así, cada uno, en un objeto que es una unidad coherente y significativa, o dotada de partes significativas que en conjunto forman un todo con contenido informativo. Estos objetos informativos, formateados de alguna manera específica, y que son susceptibles de ser comunicados, transmitidos, leídos, interpretados, comprendidos, publicados, y otras actividades más, es a lo que yo llamo documento. Una tipología mínima de tales documentos en sentido extenso, sería la siguiente: documentos en papel, electrónicos, soportes o medios legibles por máquinas, imágenes, objetos reales, contactos y sucesos o eventos.
Ahora bien, si ampliamos el concepto de documento, cambiemos y ampliemos el de biblioteca en tanto que repositorio, de libros y documentos. Es necesario crear sistemas de información policéntricos; esto significa, crear redes de depósitos de documentos, redes de fuentes y generadores de información y datos, redes de investigadores y clientes internos en las organizaciones, equipos de trabajo distribuidos y/o remotos, que funcionando juntos, cooperativamente, responsablemente, con proficiencia informativa, con capacidad para la adminstración de información, conforman un sistema de información integrado y dinámico, preparado para resolver las necesidades de información y al mismo tiempo procesar el legado de datos, información y documentos, que se albergan en alguna parte, en decenas de formas y formatos distintos.
6. Cooperación no competencia con los informáticos.
Yo no voy a escribir un programa de computadora para usted como persona interesada o empresario individual, o para una empresa u organización; eso se lo dejo a otros expertos que lo harán mucho mejor que yo. Mi zona de competencia es la administración de documentos, información y conocimientos, utilizando sin duda las tecnologías de información, pero también otros recursos como el trato y la comunicación con las personas, o la observación inteligente y crítica del mundo circundante. Lo que haría yo y mis sistema de gestión de información y documentos por usted lector, profesional o empresario interesado, entonces, es un sistema estructurado que se apoya en la tecnología de la información, pero que también involucra el capital intelectual, la riqueza de la comunicación interactiva con los otros, las múltiples fuentes y medios de información que existen, y que pueden ayudarle a ser más exitoso si así lo quiere, o simplemente más culto o más sapiente.
Especialista en herramientas de investigación y comunicación social, gestión de conocimiento, ciencias de la información y documentación. Ensayos | Comentarios | Conocimientos | Opiniones | Experiencias
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