Discurso de clausura de los Diplomados en Comunicación Organizacional y Redacción Avanzada para Medios de Comunicación en la Universidad Dr. José Matías Delgado
Por Francisco Martínez Alas
Diciembre 16, 1999
Yo no soy muy bueno para improvisar, y como escribir me es más facil que hablar me veré obligado a leer mi breve discurso. Para ilustrarlo, quiero contarles acerca de uno de los cuentos de Franz Kafka que más me ha gustado. El cuento se llama "Un Mensaje Imperial".
El cuento trata acerca de un súbdito, digamos mejor un ciudadano común, al cual el emperador de China le ha enviado un mensaje. El emperador en su lecho de muerte le susurra al oído un mensaje a un mensajero, y luego le ordena que parta y se lo lleve a nuestro ciudadano común.
El caso es que, para llevar el mensaje el mensajero tiene que abrirse paso, primero entre un enorme círculo de cortesanos, y después entre numerosas filas de guardianes, así como de multitudes, y a través de infinitas habitaciones, que no terminan nunca. Y si alguna vez el mensajero lograra salir de las habitaciones del palacio, tendría que todavía que bajar largas escaleras, atravesar inmensos patios, caminar por muchísimos otros palacios, salvar un sinnúmero de obstáculos, y así durante miles de años.
Y si alguna vez el mensajero llegara a salir de la ciudad prohibida, todavía tendría que recorrer la ciudad entera y recorrer larguísimos caminos: de manera que dificilmente el mensajero llegará a la lejana provincia donde el ciudadano común podría estar esperando el mensaje de un muerto. Sin embargo, el mensajero seguirá avanzando, siempre, con el único propósito y pensamiento de llevar el mensaje a aquel a quien va dirigido, y que con seguridad lo estará esperando.
La lección que extraemos de este cuento es que debemos, en cuanto comunicadores, eliminar la desinformación, la información errónea o viciada, la información y los datos inútiles, las barreras a la información correcta, pero no la información misma. Que no debemos perder de vista que nuestro objetivo es transmitir pensamientos y conocimientos, es decir, el mensaje provechoso.
Los humanos necesitamos información y conocimiento acerca de los que nos conviene y nos interesa, necesitamos contactos personales y relaciones emocionales con los otros y las otras. La importancia de la comunicación es que permite la transmisión. Y la transmisión, de ideas, de valores, de costumbres, de opiniones, de órdenes, de creencias, de técnicas, de emociones, es lo que garantiza la supervivencia de la civilización.
Y a nivel personal, necesitamos aprender cada día cosas nuevas, y con mayor razón, como profesionales que somos, tenemos la obligación y la responsabilidad de aprender más de nuestro oficio, de nuestras artes y de nuestras técnicas. Creo que eso es lo que nos motivó a incorporarnos a los diplomados que recién acabamos de concluir. Por ello, agradecemos a la Universidad Dr. José Matías Delgado, a sus autoridades aquí presentes y a su personal, su iniciativa y su soporte; y a todos los catedráticos y conferencistas, su esfuerzo y su cuidado.
Gracias a ello, hemos podido compartir con gusto y mucho honor, durante tres meses, ideas y opiniones, experiencias y criterios, argumentos y apelaciones (como nos dijo un profesor), con comunicadores sociales, con periodistas, con creadores y productores de mensajes, imágenes y textos, con colegas consultores, en suma, con miembros de la familia de profesionales de la información y la comunicación.
Invito a todos a continuar comunicándonos mejor con los otros y las otras, con las organizaciones y sus miembros, con la comunidad, con nuestros compañeros de trabajo, con nuestras familias. Y más que todo, no olvidar que todo comienza mejor cuando aprendemos a conocernos y a comunicarnos con nosotros mismos. Muchas gracias y buenas noches.
1 comentario:
Excelente discurso Francisco, me ha gustado mucho, seguramente hablaré de ti en mi discurso de cierre de diplomado, saludos y gracias por publicar este material.
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